Pero cuando entres en el túnel y te estires de nuevo y no tengas ese brazo roto y no te preguntes más por lo que ya no existe…
El túnel desconecta todos los sentidos y no va a quedar rastro de nada.
Ni una sola partícula de los brillos que encandilan, ni una gota de alguna lágrima que alguna vez fue un océano.
Ni la culpa, palabra maldita que condena.
El túnel apagará las luces del cielo, de las calles, de los edificios, de las casas, de las iglesias, de los colegios.
El túnel te alimentará y será tu abrigo.
El túnel será el holograma que creaste para volver a volver.