Cómete el cuento y visita La conga, uno de los mejores restaurantes de comida peruana ubicado el corazón del barrio más concurrido de Buenos Aires; y reza la canción:
Once once
No es un carnaval
Es un carnavalito
Once once
Es un carnavalito
Con la furia del tono menor
¡La cola de la Conga!
A la conga, restaurante de Once, puedes reconocerlo de dos maneras: en el número 39 de la calle La Rioja (a media cuadra de la Plaza Miserere) o bien, por su fila que lo delata.
La fila de La conga es el principio de la experiencia; una conga, digo, una cola de varios metros que te entretiene con detalles como la mini tienda debajo de un techito donde vas a encontrar souvenirs peruanos y si lo quieres, inmiscuirte un poco entre las conversaciones de los hambrientos que también esperan ansiosos y despedirte de los que desertaron en el paraíso por el no deseo de esperar; sin embargo, les prometo: la espera vale la pena.
Entramos por fin. Hay muchas personas, la mitad son camareros caminando velozmente, concentrados con sus manos súper ocupadas de platos encimados, vasos y jarras… (ay esa jarra de chicha morada, por favor), la otra son los comensales y puedo asegurar que la mayoría están sonriendo. El servicio del restaurante La conga es excelente, todos esos personajes que vuelan en las películas les quedaron pequeños. Yo no sé de dónde salieron, pero sí que son un claro ejemplo de cómo ejercer la labor de camarero de manera impecable.
El salón es típico de un restaurante tradicional, típico bodegón peruano donde la música que escuchas son carcajadas y las mesas -bien unidas unas con otras- te hacen pensar que entraste a una reunión familiar, al cumpleaños de la abuelita donde nadie falta, ponele. Nos va a hacer compañía la multitud, risas, personas de todas las edades, algunos televisores colgados y varios de los platos que guarda este bellísimo país.
¡Habrá francachela y habrá comilona!
Y como toda reunión familiar, en el cumpleaños de la abuela donde solo hay risas, juegos y espectáculos, no puede faltar el ¡Gran Banquete! A mí, que no me gusta el bullicio, la multitud y la espera, a mí que la paciencia cuando el hambre me ataca es nula, a mí me convenció.
La gastronomía peruana tiene eso que tanto nos gusta: el sabor potente y el tamaño contundente de sus platos; por eso no escatiman y son honestos al decirte que los platos son para compartir. Y si bien sabemos que el estrellato, nada más y nada menos son los pescados y mariscos (como el ceviche peruano), no queremos olvidarnos de destacar otros tantos que vale la pena mencionar porque sería pecado dejarlos en el olvido.
A nuestra derecha, dos hermanas peruanas nos afirman que éste es, indudablemente, el mejor restaurante peruano de Buenos Aires y sin preguntárselo, una de ellas nos empieza a contar la receta del Ají de gallina -este plato tradicional de su gastronomía- «Es muy fácil de hacer: licúas leche, pan remojado (en leche) y ají amarillo. Desmenuzas el pollo y listo…» Habrá maneras de prepararlo y cada uno tendrá su tip especial, pero lo que sí sabemos es que es un plato magnífico y que el ají amarillo es oro puro utilizado en la gastronomía peruana.
Por otro lado, nos encontramos con el famoso Tacu Tacu. «Tacuni” es un vocablo quechua que significa «mezclar una cosa con otra”. El Tacu tacu vino con un gran propósito: no desperdiciar la comida sobrante; así que el arroz y las sobras que quedaban del día anterior las aprovechaban las abuelas para servir un desayuno contundente y generoso. Ha trascendido de generación en generación, siendo otro de los platos emblemáticos de la cocina peruana.
Y siguiendo la misma línea del no desperdicio de alimentos, aparece en la mesa el famoso Chaufa, este plato tradicional peruano que proviene del amado chaofan (en chino: arroz frito). Dicen por ahí, que fue creado por ayudantes de cocina al finalizar las jornadas de trabajo mezclando todos los ingredientes que ya conocemos con el fin de no malgastar ni un granito de arroz. Y podríamos seguir, pero haríamos un libro, porque esto no es una exageración: encontramos más de 400 platos en el Perú, ¡es real!
¡Final del viaje, final feliz!
La conga es un camino de ida, les diría de subida al gran Machupichu, asombrados desde el principio hasta el final, pero sin cansancio. Les diría que provoca casi que un Suspiro, pero no tan profundo como el limeño. La conga es un viaje en el que no necesitamos un avión porque basta con la dulce espera y la disposición para recorrer ese país con la llamada mejor gastronomía del mundo. Y cuando el viaje acabe, como cualquier final delicioso, aseguramos: placer, brillo en los ojos, tu canción favorita y una hermosa siesta porque sabemos que la vas a necesitar.
Dirección: La Rioja 39.
Teléfono: 4865-5084 /1561509045
Horario: Todos los días, mediodía y noche.
Más info: facebook.com/RestauranteLaConga/
Tip #cometeelcuento: Recuerda que los platos son para compartir, ¡pero mejor que sobre y no que falte!