Hace un par de semanas tuve la oportunidad de conocer a dos personitas bastante especiales, tan apasionadas por los viajes que, con tan solo hablar de donde se conocieron, ya me daban ganas de agarrar maletas y subirme a un avión!
Resulta que son dos amigas que vivieron un tiempo en Playa del Carmen – México. Una de ellas, Cami, es nómada digital, y Sofi es enfermera y aprovecha al máximo sus vacaciones para conocer destinos increíbles.
Y hablando de México, hace ya casi un año que estuve por esos mundos. Un viaje atípico, ya que solo estuve en CDMX y generalmente es un MUST visitar la Riviera Maya, Isla Mujeres, Cancún… y escuchaba a Sofi y a Cami hablar de MX con aquel brillo en los ojos, que recordé lo bien que la pasé hace unos meses viviendo a punta de tacos de canasta y paseando en un barco por Xochimilco.
En aquel viaje empecé a sentir un poquito de cariño por la comida picante y por los mariachis, que la verdad nunca han sido mis favoritos, excepto por Luismi cantando La Bikina, obvio.
Y veo de vuelta las fotos, los videos, me acuerdo del ataque de tos que me daba por la contaminación, de toda la comida que probé, pozole, mole, el queso panela que me acordaba del quesito cuajada colombiano, los dichosos chapulines, el tiempo que estuvimos sentados viendo cada detalle de los murales de Diego Rivera, los edificios que le hacen competencia a la torre de Pisa y por supuesto añorando los paseos a la tarde, de la mano con mi mamá recorriendo las calles de La Condesa.
Espero todos puedan tener la oportunidad de un viaje a MX, especialmente tu querida Mari que me contaste lo estas pidiendo fuerte al universo. Comete el cuento está listo para tu spam.
Finalmente me despido con dos imagenes: un taco de chicharron que no quería que se acabara, y otra de Diego, Frida, una Catrina y un señor que al igual que yo, se quita el sombrero a los gastrónomos. Gracias infinitas por todo este tiempo maravilloso en Cómete el Cuento, por los momentos increíbles, los altibajos, pero sobre todo, por la amistad.
